El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe - Distrito 1 organizó el Concurso Nacional de Ideas para el Edificio Sede del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, Argentina.
El concurso pretendía que los arquitectos participantes propongan alternativas a la configuración clásica de los espacios afectados a la administración pública.
El jurado otorgó el primer premio a los autores arquitectos Guillermo Canutti, Clara Gallardo, Fernando Fariña, Ezequiel Spinelli, Bernardo Luna, Javier Ivan Barrios, Agustin Ichuribehere, Julian Ignacio Kelis, Lucas Delorenzi (Patrimonio), Gustavo Basso (Acústica). Revisa el proyecto a continuación.
Descripción por los autores. Espacio público y cultura son conceptos fundamentales e indisociables para la construcción de una ciudad inclusiva. La propuesta para la Nueva Sede Administrativa del Ministerio de Innovación y Cultura se construye sobre la hipótesis de la apertura y recuperación de la totalidad del terreno como un nuevo espacio público de identidad cultural para Santa Fe. Un soporte que permita y proponga la expresión cultural en todas sus dimensiones.
La estrategia proyectual consiste en la liberación total de la planta baja y la concentración del programa sobre dos de los bordes del terreno, conservando y poniendo en valor los elementos arquitectónicos y naturales patrimoniales.
La planta baja, abierta a múltiples tensiones visuales, circulatorias y de apropiación, reinterpreta con una nueva lógica programática la memoria del vacío de los jardines que originalmente se extendían hasta la calle Castellanos.
La masa del programa se concentra longitudinalmente en una pieza sobre la medianera a través de plantas libres de gran flexibilidad espacial y programática, configurando en planta baja una secuencia lineal de accesos / expansiones que, como único espacio de contacto con el suelo, dinamiza el uso de su totalidad.
El auditorio se articula con esta pieza como un volumen masivo y elevado tomando el borde de la calle Castellanos, generando un gran semicubierto de usos múltiples que libera de interferencias visuales la planta baja con una continuidad que extiende el vacío a nivel peatonal conservando la presencia de la casa como el único elemento masivo de pisada exenta en el terreno.
De este modo, la planta baja aparece como un plano programático flexible, sin barreras arquitectónicas, conteniendo reservorios de agua de lluvia, superficies verdes absorbentes, sectores secos descubiertos y semicubiertos, expansiones de
programas interiores y equipamiento de soporte como asientos, estacionamiento para bicicletas, superficies de apoyo para montaje de exposiciones y eventos.
Formalmente, la nueva intervención se adapta con precisión a la altura total de la Casa de la Cultura, mientras que desde la materialidad se propone el contraste con una imagen masiva y sólida que elimina toda referencia geométrica al lenguaje existente. En el mismo sentido, el auditorio aparece como un volumen ciego de hormigón blanco con una abertura en el foyer hacia la casa y otra hacia Castellanos en la sala de ensayo.
El volumen que alberga el resto del programa presenta una envolvente de hormigón premoldeado al oeste operando como control solar pasivo, y una cara vidriada hacia un vacío longitudinal sobre el eje medianero que compensa el corazón de manzana, permitiendo así iluminación y ventilación cruzada en la totalidad de las áreas operativas.
La imagen integral desde el exterior es ciega desde lo perceptual, permitiendo su uso para proyecciones y generando un telón de fondo que pone en valor las formas de la vegetación y el palacio.